El término USB ya es muy familiar para nosotros, pues hoy este tipo de interconector es el más utilizado en el mundo, desplazando a otras tecnologías. Su debut fue en 1998 incluyéndose en equipos Windows 98 y de Apple para eliminar los clásicos puertos para el teclado y el mouse. Sin embargo, a más de 20 años de diferencia, el propio USB ha evolucionado.
La posibilidad de utilizar un único tipo de conector estándar, en lugar de un cable y conector específico para cada dispositivo, fue la clave de la rápida y masiva implementación de este sistema, ya que nos ha permitido conectar toda clase de dispositivos como impresoras, cámaras digitales, smartphones, tabletas, discos duros externos, mouse, reproductores MP3, bocinas, etcétera.
Ahora el USB se ha desarrollado hasta llegar al Tipo C , una creciente tendencia que se ha encargado, desde hace un par de años, que cada vez más marcas y modelos de dispositivos tecnológicos lo incluyan.
Aquí te contamos los beneficios de este tipo de conector.
Ventajas del Tipo C
Este conector es pequeño, así que no habrá más versiones micro o mini, ni tampoco confusiones ya que posee una doble vista para conectarlo siempre de forma correcta. Además, permite transferir datos, video y energía de forma simultánea entre diversos dispositivos como discos duros, monitores o Hubs. Por lo tanto, su rendimiento es muy eficiente, ya que puedes transferir una película completa de alta definición en tan sólo 30 segundos. Esto es hasta 20 veces más rápido que con un USB 2.0.
Asimismo, el USB-C es apto para utilizarse con smartphones, pero también es lo suficientemente potente para utilizarlo en una PC o en un servidor, ya que tiene una potencia de hasta 100 W y puede alimentar a casi cualquier dispositivo.
Actualmente, no todos los dispositivos son compatibles con este nuevo tipo de USB, sin embargo, muchos fabricantes ya lo están incluyendo en sus productos tecnológicos, por lo que se prevé que se convierta en el estándar. Pero no te preocupes, esto no significa que debemos reemplazar nuestros dispositivos antiguos, sólo se requiere de un adaptador compatible con éste y otros tipos de USB, lo que nos hará la vida más fácil.
Por ello, cada vez es más común encontrar cables y adaptadores de alta resistencia que te permiten cargar y transferir datos a tu dispositivo con entrada USB-C de una forma veloz y eficiente, ya que son compatibles con dispositivos de carga rápida. Debido a su núcleo de cobre son capaces de soportar una intensidad eléctrica de 2.1A.
Hay cables USB-C de diferentes longitudes lo que es una ventaja, porque podemos trabajar desde lugares alejados como un sofá, sin complicaciones. Además, por la durabilidad y flexibilidad con la que están fabricados estos innovadores cables, no te preocuparás si se doblan o se enrollan, porque no se desgastarán.
El USB-C llegó para quedarse